A menudo, la cama es lo primero que nos viene a la mente cuando pensamos en un dormitorio. Aunque es cierto que un dormitorio no sería lo mismo sin la cama, queremos animarle a que vaya más allá de lo obvio y considere las muchas ventajas de tener una mesilla de noche, también conocida como buró.
Tenerlo todo a mano
Este es uno de los muebles para almacenamiento más comunes, por lo que le resultará más fácil acceder rápidamente a los objetos que utiliza a diario si tiene un lugar donde guardarlos, tanto cuando se prepara para acostarse como cuando se despierta.
Los principales objetos que necesitamos habitualmente son revistas, libros, agendas, carteras, lámparas y medicamentos, por lo que tener este mueble es realmente útil.
Practicidad
Podemos descubrir una amplia gama de mesillas de noche en cuanto a forma y diseño, lo que no es de extrañar dada la diversidad de preferencias decorativas.
Medidas suficientes
Un tamaño normal de 35 por 40 cm es muy recomendable para la superficie de la mesa, de modo que pueda acomodar una lámpara, un vaso de agua y algunos adornos. Incluso para organizar el desayuno los días en que no quiera o no pueda levantarse de la cama, el espacio es fundamental.
Además de crear un impacto decorativo simétrico, la altura debe ser aproximadamente la misma que la de su cama. Esto facilitará una interacción más sencilla con su buró.
Mezcla de materiales y texturas
La mayoría de las mesillas de noche se construyen con los mismos materiales y tonalidades que el somier o el cabecero. Atrévase a modificar su entorno combinando varios materiales y colores para crear su propio diseño único. La combinación de acero negro y madera es una buena elección. Sin duda, una oportunidad para crear un contraste visualmente llamativo con el entorno.
La facilidad de limpieza de los materiales y su capacidad para resistir las manchas en caso de derrames es otra característica crucial.